El jueves pasado celebrábamos Halloween en nuestra sede de Pocomaco, ¡qué emoción!, ¡teníamos hasta una calabaza que iluminamos con velas!, muertos colgados del techo, arañas y hasta fantasmas . Los peques y no tan peques, pasaron por las manos de la malvada Nerea para sufrir en sus propias carnes lo que se siente mientras te pintan la cara. Si a éso le sumamos, la terrorífica música que corría a cargo del monstruoso Beni, dueño y señor de los bosques nocturnos, nos quedaba escapar o degustar un menú escalofriante a base de sangre fresca, corazones, vísceras de gigante y delicias de la brujas, que a pares se veían por la sede.
Pero en toda fiesta del terror, se obró el milagro con la aparición en escena del bonachón de Eduardo Manostijeras y el Papa Manolito XXXIIIVVVV, y los malos espíritus que por la nave aparecían de entre las tinieblas, se pusieron a jugar con los más pequeños haciendo de la tarde, la más divertida y terrorífica de Galicia Rollers.
El lobo no aulló aquella tarde, ¿se estaría reservando para la noche…?