Que el cambio climático es una evidencia, ya nadie puede negarlo, y estar a unos días de irnos a la nieve en febrero a 25 grados hacía que peligrara el tan esperado viaje a Fuentes de Invierno.
Ya con plazas agotadas y unas ganas increíbles de subirnos a la montaña, el estado de la estación a través de las cámaras webs no era nada alentador, llegando a plantearnos la cancelación del viaje, y es que un veranillo en febrero nadie lo esperaba. Ahora tocaba buscar soluciones y que esto saliera adelante.
La única opción posible era el cambio de estación para una más grande, y que por suerte está al lado de Fuentes de Invierno. Tocó mover todo el planing para la estación invernal de San Isidro en donde gracias a la colaboración de Raul de la Escuela Arropaje con nuestro club se consiguió un cambio perfecto.
Eran as cinco de la tarde cuando el autobús salía hacia tierras asturianas co para volver el domingo con una sonrisa después de pasar un gran fin de semana. Las previsiones climatológicas no era muy buenas, pero hasta que estás allí no sabes que puede pasar, la montaña es lo que tiene. Tras 4 horas de viaje y una parada llegamos a Felechosa, listos para dejar las maletas cenar y descansar, por que a las 8 de la mañana tocaba subir a la estación.
Al despertarnos, la mañana parecía que sería pasada por agua, estaba lloviendo bastante y nos temíamos lo peor. Empezamos el ascenso hacia la estación y lo que era gotas de lluvia se tornaron en copos de nieve y por increíble que parezca, arriba estaba NEVANDOOO!!!
Fue una jornada de esquí en donde tras recoger el material, unos se repartieron en cursos y otros se subieron al telesilla para empezar las bajadas. La estación espectacular ya que para nuestra fortuna, tras la nevada comenzó a despejar pudiendo esquiar con sol y disfrutar de una vista impresionantes.
Tras una jornada intensa, casi sin parar de subir y bajar nos esperaba un plan relajante que este año incorporamos. Para aprovechar que tenemos un tiempo entre la bajada de la estación y la cena nos fuimos a mimarnos un poco al Centro de Spa La Mina, un lugar en donde pudimos disfrutar de sus aguas, con Piscina de chorros, jacuzzi, baño turco, sauna,… una gozada antes de cenar.
Ya el domingo por la mañana y tras desayunar la cosa fue mas rápida, ganamos el tiempo de recoger el material de alquiler y llegábamos a pie de pistas con el autobús de la Rivas, compañía con la que el club trabaja desde hace años en todos su viajes. Una vez arriba con las fuerzas recuperadas, nos vamos para arriba unos y otros se quedan abajo en su último día de curso. Y parece que la cosa no fue mal porque alguna se animo a probar pistas difíciles en sus primera horas esquíes. Al final será cierto que el patinaje ayuda o comparten cosas.
Ya a las cinco de la tarde, con el material devuelto, iniciamos el viaje de vuelta, parando en el hotel a recoger las maletas en un trabajo de equipo soberbio de todos los viajeros en una cadena humana que quedó para el recuerdo.
Estamos seguros que ha sido un gran viaje, y que lo hemos pasado todos genial. Nos vemos en el siguiente, en donde tocará playa en otra edición de «ENTRE PORTO 2020»
Hasta pronto!!