Como ya es habitual y como lo venimos haciendo de unos años para atrás nos presentamos voluntarios para colaborar en las citas deportivas más atractivas para esos aficionados del atletismo, la C21 y la C42 en A Coruña. Dos pruebas que recorren las principales calles de la ciudad y en donde a través de estos eventos queremos hacer llegar el patinaje en línea como una forma más de voluntariado.
Como es evidente queremos garantizar la seguridad del corredor y que todo salga de la mejor forma posible por lo que la maestra de ceremonias Carmen Tapia, se encarga de programar cada zona para que no se nos escape nada y este todo bajo control antes la avalancha de más de 3000 runners recorriendo nuestras calles que se suman a los miles de curiosos que como cada año se acercan a disfrutar de esta mañana de domingo.

Organizados y con todo preparado el clima gallego nos juega una mala pasada, y contra pronóstico llueve a la hora de quedada, por lo que nos augura una mañana a remojo, y en donde tendremos que estar pendientes de nuestra propia seguridad ya que con el suelo mojado la cosa se complica en los pasos de peatones por la pintura así como en suelos de baldosa. Por suerte hemos tenido una preparación unos días antes para poder enfrentarnos al patinaje sobre lluvia.

Una zona complicada la que nos toca ya que tenemos obras en la parte D5 del recorrido y será un patinaje inestable. Por supuesto uno de los pilares del club es la seguridad de todos nuestros patinadores en cualquier actividad por lo que  el casco es indiscutible, y es garantía de volver a casa con la cabeza en su sitio.

Nos repartimos por zonas a lo largo de Ramon y Cajal, Enrique Salgado Torres y Lonzas, sin duda es espectacular patinar por sitios donde otro día sería imposible como es el túnel de Salgado Torres, en donde lo hemos disfrutado como enanos.

Parece que la carrera empieza y vemos a uno de los participantes que van en handbike, una bicicleta en la que se pedalea con las manos, y los minutos empieza a verse la cabeza de carrera a un buen ritmo en donde parece que ni tocan el suelo entre zancada y zancada. Ya con algo de ventaja aparece cada vez un pelotón más numeroso en donde dan vuelta en la rotonda de lonzas para emprender camino hacia Oza.

Una vez que pasa el último nos reunimos y nos desplazamos al segundo punto donde nos necesitan, el más alejado, y la penúltima zona antes de la meta. La Torre de Hércules aguarda a los corredores en donde este año amplia recorrido la carrera pasando alrededor de la estatua del gran Breogán para encaminarse a la bajada de San Amaro, una vez allí vemos la cara de muchos corredores, con mucho cansancio y muchos kilometros encima, pero unos campeones que acabarán completando el recorrido.

Si nosotros podemos hacer algo sin duda va a ser animarlos, además de darle asistencia a muchos que nos solicitan, cualquier cosa a lo largo del recorrido. Este año incluso con alguna asistencia médica, ya que nos hemos visto obligados a llamar por radio en varias ocasiones a los médicos que se encuentran por el circuito. La coordinación entre todos los voluntarios ha sido fantástica y una gran labor del más pequeño al más mayor, motoristas, ciclistas, cruz roja, protección civil,… todos y cada uno de ellos han cumplido su función lo mejor que ha podido, estamos seguros.

Ya casi a la uno se acerca el último deportista, como es tradición es escoltado por los patinadores donde damos los ánimos para esos últimos metros que saben a gloria.

Gracias a todos nuestros chicos y chicas que se han presentado a colaborar por primera vez, han hecho un enorme trabajo, con el tiempo en contra y estrenándose en una prueba de estas características. Esperamos que esto se repita y más gente se anime a la próxima cita.